Personas que han venido

miércoles, 23 de diciembre de 2015

La corrupción de un héroe



Sus valores, creencias y convicciones lo habían traído hasta aquí. Familia, amigos y conocidos lo consideraban un ejemplo a seguir. Para sus compañeros militares, era un formidable espadachín. Tenía el reconocimiento y el cariño de su gente, ¿Qué le hacía falta? Nada, porque tiempo después lo obtuvo, el amor de su esposa y la dicha de ser padre. Para el era la vida ideal

¿Qué podría arruinarlo? El mal que siempre ha existido, existe y existirá. Pues este mundo busca siempre el equilibrio y a veces ese equilibro se alcanza después de inclinada la balanza. Ese balance cambió cuando sufrió la desdicha de perder a su familia a manos de unos ladrones. Había abandonado sus deberes como militar para enfocarse en proveer para su familia. Ese fue su error y su pecado. Ya no poseía su armadura ni su espada, fiel compañera en incontables batallas. Los bandidos atacaron de noche, tomándolo por sorpresa. Su entrenamiento militar lo ayudo a someter a un par de malhechores pero no fue suficiente contra todo el clan. Lo golpearon hasta que perdió el conocimiento, al despertar ya no tenía nada. Su hogar estaba destruido, su esposa e hijo asesinados. Todo el amor, la bondad y la felicidad que existía en su interior fueron destruidos y asesinados. Todo lo bueno dentro de el ahora estaba sepultado bajo frustración, desesperación, ira, odio y deseos de venganza. Para satisfacer esta última era necesario más poder.

La búsqueda de poder lo llevo a diferentes lugares siendo su destino final el enfrentamiento con un demhuus. Quien, a cambio de perdonarle la vida le ofreció su propio poder, ignorando que el demhuus y el poder eran uno mismo. Cuando al fin consiguió su venganza después de aniquilar el clan entero, autor de su infortunio, fue cuando se dio cuenta que era lo opuesto a lo que alguna vez fue. Culpo a su destino, culpo a la decisión de abandonar su vida militar, culpo al deseo de formar una familia, culpo a su falta de poder para proteger a sus amados, culpo a las personas que no le advirtieron sobre su camino y se culpó a el mismo por todo.

Ahora el ejemplo a seguir, el formidable espadachín, el héroe de todos se había convertido en un simple recipiente para un muy debilitado demonio que necesitaba donde habitar. Un hombre fuerte, sediento de venganza e impulsado por el odio era una vasija perfecta. La constante lucha interna y los triunfos del demhuus terminaron por corromperlo hasta el grado de no ser quien una vez fue. Ahora su única motivación era encontrar a alguien que pudiera liberarlo

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