Personas que han venido

lunes, 11 de enero de 2016

Capítulo 5 El despertar del Heroe Anonimo (fragmento)

Él se puso de pie para mostrarle su determinación. El eclipse estaba en su punto máximo, se escuchó un golpe metálico y las cadenas que sujetaban al ente cayeron frente a ellos. La criatura soltó una carcajada y se abalanzó sobre el Dante inconsciente. Lo levantó impetuosamente de las piernas provocando que su cabeza golpeara el suelo. Dante sintió el golpe en la nuca, perdió el equilibrio y se arrodilló. Sabrina de inmediato intentó sujetarlo pero su reacción no
fue suficientemente rápida. Aun así no se rindió y saltó para alcanzar a agarrarlo de las muñecas. La voz inhumana solo reía. Las criaturas deformes del interior de la casa comenzaron a salir para ayudar a la sombra. Algunas se abalanzaron sobre Dante y otras contra Sabrina para tirarla. Ella seguía sin soltar al Dante inconsciente, algunas la agarraron de sus piernas. La sombra levantó a Dante aun mas, elevándolos casi medio metro. La joven rehusaba a soltarse, lo tenia sujetado con todas sus fuerzas, sus uñas comenzaron a rasgar la piel de Dante, ella jaloneaba ayudándose con su peso.
* ¡Ya basta! – gritó Dante acompañado de un destello de luz verde parecido a una explosión. Las criaturas que tenia encima salieron volando en todas direcciones - ¡Suelta mi cuerpo! – ordeno el joven apuntando la palma de su mano hacia el espectro.
* ¿Seguro? Sera un placer – respondió dejando caer el cuerpo. Sabrina cayó primero lastimándose el tobillo izquierdo y el Dante inconsciente cayó sobre ella.

Dante disparo un halo de luz hacia la criatura, lo esquivó y se dirigió hacia él a toda velocidad. El joven disparaba sin conseguir darle a su objetivo. La criatura se detuvo frente a el.
* ¿Qué harás ahora? – preguntó con tono irónico sujetándole la mano lejos de su rostro. Otra criatura estaba detrás de Dante, sin darle tiempo a reaccionar lo agarro por la espalda -. No eres necesario, Muodistaja.
* No estaba seguro de que salieras bien librado de esto, Typkurista. Acaba ya de una vez antes de que termine la oscuridad – dijo la otra voz inhumana.
* Claro, solo estaba disfrutando el momento – dijo el espectro frente a ellos -. Gracias por los engendros.

Caminaba hacia Sabrina, estaba rodeada por las criaturas deformes. Al ver a la criatura acercarse, comenzó a gritar de terror. Typkurista solo sonreía, la joven no podía moverse, el pánico la tenía paralizada. El
ente se arrodilló sobre su cintura y comenzó a estrangularla. La azoto contra el suelo y acercó su boca a la de ella para succionar su aliento.
Dante forcejeaba, solo podía observar en silencio, el otro engendro parecía tener más de dos brazos. Con dos lo sujetaba por la espalda y con una mano le cubría la boca. “¡No, no puede ser! ¿Por eso borre este episodio de mi mente? ¿Habrá sido la respuesta de mi mente a este horroroso acontecimiento? ¿Por qué lo estoy reviviendo? ¿No puedo salvarla?”, la ola de preguntas arremetía en su pensamiento. “Cuando te dije que tienes las armas que necesitas es porque en verdad las tienes”, el recuerdo de Tadei le llegó de golpe atravesando la ola de inseguridades. “Solo yo puedo limitarme y no lo permitiré”, pensó con determinación. Dio un paso hacia atrás y se agacho para intentar librarse de su captor. Sospechaba que eso no funcionaria pero aprovecho el movimiento para causar otra explosión de luz. El ente lo soltó de inmediato. La luz que emitía les provocaba dolorosas quemaduras en la piel aunque se curaban casi instantáneamente le permitía actuar en consecuencia. El destello causo que su captor quedara tendido en el suelo retorciéndose de dolor. Typkurista aún no se percataba de lo sucedido, continuaba con su ritual de absorción. Dante corrió a toda velocidad fortaleciendo su fulgor. Valiéndose de la fuerza que llevaba asestó un descomunal golpe en la cabeza del engendro, provocando que cayera a unos metros de ellos. El rostro y la cabeza le ardían en llamas y se retorcía de dolor. Dante aprovechó para revisar a Sabrina. Una pequeña chispa color violeta flotaba cerca de su boca para después volver a ella.
* Sabri, ¡Sabrina! – se arrodilló junto a ella y la sentó – Por favor abre los ojos – acariciaba sus heladas mejillas sin obtener respuesta -. No te vayas, no me dejes…
* Eres un… - la voz de Muodistaja fue silenciada por Tadei cortándole uno de sus brazos. El ente emitió un grito y desplegó sus alas para huir.
* Dos contra uno no es justo – dijo Tadei agitando la espada tipo Gladius para sacudir la sangre negra del engendro -. Me asombras, mi estimado, no me imagine así tu despertar.

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