Personas que han venido

lunes, 11 de enero de 2016

Capítulo 6 Bienvenido a Sollastra (fragmento)

Danaí aceptó, se armó de valor y sacó su “lámpara”. La repentina iluminación causó que los dos entrecerraran un poco los ojos, se sonrieron. Ella iluminó los escalones para subir, la luz reveló una silueta al final de las escaleras que los paralizó, Danaí gritó de nuevo, comenzó a temblar, William solo respiraba rápidamente para canalizar la adrenalina. No pudieron ver con claridad qué era, se alejó lentamente. Ella no se atrevió a seguir con la luz a la silueta. “¿Dani?”, preguntó apenas en un susurro. William había dejado su arma en la patrulla, jamás imaginó que algo así pasaría. No quiso incomodar trayendo eso consigo dentro de la casa. “Olvidé las cosas tan extrañas que han pasado”, se reclamó en su pensamiento. “Vamos”, le susurró a Danaí para mostrar fortaleza e intentar calmarla. Terminaron de subir, ella iba a espaldas de él iluminando por encima de su hombro izquierdo, la luz temblaba al ritmo de su mano. “¿Dónde esta tu hermano?”, “ahí”, respondió señalando a la derecha hacia la habitación al fondo del pasillo. Avanzaron con cautela, entraron en la habitación. Dante no estaba en la cama. William analizó en su mente: “pasamos una puerta y estaba cerrada, ahí no podía estar, la habitación al otro extremo del pasillo también
estaba cerrada, no escuchamos ninguna puerta cerrarse así que tampoco puede estar ahí, debe estar en esta habitación”. Danaí iluminaba en todas direcciones. Su hermano no estaba, tampoco ninguna silueta. “Aquí”, se escuchó un susurro, la joven gritó e iluminó en dirección a la voz. Dante estaba acostado boca abajo en el suelo, casi debajo de la cama.
* ¡Dani! – exclamó ella , William la detuvo detrás de él para evitar que fuera a ayudarlo, algo le parecía sospechoso - ¿Qué pasa? Ahí esta…
* Algo no esta bien – estaban a dos pasos de la cama, se veía claramente que era su hermano pero permanecía inmóvil.
* Reconozco tu voz – dijo Dante.
* ¿Quién eres? – cuestionó el oficial, Danaí permanecía detrás de él, confundida.
* Sí, esa fue la pregunta – agregó el joven inmóvil ignorando la interrogante. William recordó, esa misma pregunta se la hizo a… -. ¿Ya recordaste? – indagó el joven. Con movimientos torpes intentaba ponerse de pie, dieron unos pasos hacia atrás para alejarse.
* ¿Cómo es posible?
* No es Dante, ¿verdad? – cuestionó Danaí con un susurro al oído del oficial.
* Creo que no. Tampoco estoy seguro de quién es – respondió William sin dejar de observar al joven. Estaba a la expectativa, podía ser la criatura que lo atacó en el lago o…
* No pudiste reclamar tu recompensa aquella vez, ¿cierto? – un súbito escalofrío recorrió su cuerpo, William necesitaba su arma desesperadamente. El muchacho ya estaba de pie, se dejó caer en la cama y se sentó. Danaí lo iluminaba por completo. Dante sonrió – Tranquilos, lamento haberlos asustado – agregó. Su disculpa alivió un poco la tensión.
* Sigues sin responder a mi pregunta, ¿quién eres? – replicó el oficial con firmeza.
* Jamás te dije mi nombre pero si te sirve de algo, corrimos juntos hace poco – la respuesta lo tranquilizó.
Incluso Danaí se relajó, tenia la noción de quién era por lo que le platicó William sobre su evento sobrenatural.
* ¿Cómo es posible? ¿Ella esta…? – indagó la joven perpleja - ¿Dónde está Dante? – cuestionó con molestia.
* Tú debes ser su hermana – respondió el joven, su voz comenzaba a cambiar, un timbre femenino comenzaba a filtrarse.
* Sí, yo soy su hermana – alegó con firmeza -. ¡Contesta la pregunta! ¡¿Quién eres?! – insistió Danaí alzando la voz dejando escapar su desesperación.
* También soy su hermana.

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